Una vez ilustrado el binomio conocimiento-experiencia para el diseño de programas y tareas, volvamos a la primera cuestión: implementación de aspectos físicos. Y en este sentido, hoy podemos hablar de la dorsiflexión de tobillo. En cuanto a conocimientos, podemos definirla como el movimiento que reduce el ángulo entre el pie y la pierna. Es decir, estando de pie y teniendo apoyada la planta del pie en el suelo, el ángulo que obtengo al proyectar mi rodilla hacia delante mientras la flexiono. El movimiento opuesto se llama flexión plantar.

Una mala flexión dorsal se traduce en varios aspectos aspectos negativos en cuanto a la performance (ejecución de movimientos). La más importante estaría relacionada con una mala absorción de los impactos producidos tras saltos, es decir, una mala absorción de las fuerzas en los aterrizajes.
Este último aspecto, y hablando en términos de reducción de la posibilidad de lesión, no sólo puede derivar en problemas en los tobillos, si no también en las rodillas. Pensemos en saltar nosotros mismo hacia arriba y aterrizar de manera rígida. Es decir, con tobillos en 90 grados, rodillas extendidas y cadera neutra. Podemos imaginar que notaremos en nuestras articulaciones una mayor tensión que si amortiguamos el salto con una mayor flexión de tobillo, rodilla y cadera. Debemos pensar que cuando absorbemos una fuerza de impacto esta debe disiparse, y la mejor manera que tenemos es movilizando las articulaciones implicadas (tobillo, rodilla y cadera) de manera fluida y consecutiva desde el mismo momento que comienza el aterrizaje.
Y ahora viene la respuesta que posiblemente lleves esperando si has llegado hasta aquí: ¿qué puedo hacer para mejorar la dorsiflexión y la absorción de fuerzas en mi equipo?. El primer planteamiento puede basarse en tareas de pista. En este sentido, y en cuanto a la dorsiflexión, tenemos malas noticias: es muy complicado integrarla en este tipo de tareas pero si que podemos trabajar la flexión plantar. Esto mejorará la estabilidad de tobillo para posteriormente, incidir en el trabajo de dorsiflexión en tareas fuera de la pista.
Por ejemplo, podemos pedirles que en los tiros libres acaben extendiendo los tobillos quedándose estabilizados en las puntas de los pies sin saltar. De la misma manera, en los tiros de campo, podemos pedirles que al realizar el salto para el lanzamiento, extiendan las puntas de los pies. En este sentido, y enlazando con la absorción de fuerzas tras salto, debemos pedirles que flexionen la cadera hacia atrás en el aterrizaje para liberar a las rodillas de ese impacto. Trasladando el peso del cuerpo como si fuéramos a sentarnos en el borde de una silla bajita que tenemos detrás nuestro. La unión de todos estos elementos facilitará la absorción de fuerzas que tan íntimamente relacionada está con la dorsiflexión.

Una mala dorsiflexión de tobillo y la imposibilidad de flexionar la cadera llevará inexorablemente a que las fuerzas de impacto se proyecten en la parte anterior del cuerpo. Esto puede dar lugar a una sobrecarga en diferentes tendones de la rodilla, y en especial, al tendón patelofemoral. El más claro ejemplo es cuando vemos caer a los jugadores con el cuerpo proyectado hacia delante y con la rodilla sobrepasando la punta de los dedos.
Puede ser que todos estos planteamientos nos parezcan inocuos, pero destaquemos que podemos tener decenas de saltos y aterrizajes durante un entrenamiento o partido, y que en cada uno de ellos, las fuerzas a las que están sometidos los tejidos del cuerpo son considerables. Debemos preparar estas estructuras para poder hacer frente a ellas. Es el principio fundamental en el que se basa la preparación física, y por extensión, la reducción del riesgo lesional.
En un segundo planteamiento, podemos trasladar fuera de la pista tareas analíticas para su mejora. Por ejemplo, separando 10-15 centímetros la puntera de la pared, intentamos alcanzar con la rodilla de la misma pierna la pared sin levantar el talón del suelo.

En conclusión, lo más probable es que no podamos obtener un conocimiento profundo de todas las parcelas que conforman el entrenamiento. Tampoco desarrollar las suficientes experiencias en la práctica cómo para considerarnos expertos en la materia, pero si que podemos obtener información breve y concisa de diferentes expertos que nos pueden orientar en la aplicación de pequeñas píldoras en materia de preparación física para mejorar el rendimiento/performance de nuestros equipos.